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TAXI DRIVER

#LunesDePeliculones

Taxi Driver: Texto

TRAILER DE LA PELÍCULA

Taxi Driver: Video

Cuando arranca la película, el director de la película Scorsese  nos muestra que tenemos un rol en ella: vamos a ser Dios. Taxi Driver es una película con mucha simbología, cortes extraños, misterios que no van a conocer los personajes sino nosotros. De esto nos damos cuenta cuando al principio de la película vemos en un plano fijo los ojos de Travis (Robert De Niro), el protagonista y, acto seguido, la vista que tiene él de las calles. Su visión es borrosa, distorsionado; no así la nuestra, que es análoga a la de Dios. 

Se puede dividir la película en cinco partes clave. Al inicio nos enteramos que Travis era soldado, con lo cual la película va a parecer que da saltos: son las misiones que Travis se autoasigna. La primera misión es el taxi, luego pasa a ser Betsy (Cybill Shepherd), la tercera  Palantine y la cuarta Iris (Jodie Foster). Nuevamente, los únicos que nos damos cuenta somos nosotros en nuestro rol de Dios. Más adelante hablaremos de la quinta escena clave.

A medida que la película avanza, vemos que el taxi toma una forma particular: actúa como confesionario. Nadie sabe qué pasa allí, Travis nunca ve a los pasajeros, simplemente sabemos que llega a la terminal y limpia el taxi que muchas veces se ensucia con sangre o semen, que representa el pecado. El que limpia es Travis, que en este caso actúa como sacerdote, y los pasajeros como los pecadores. El sacerdote no juzga, va a barrios peligrosos con su taxi, se ensucia pero limpia y vuelve al trabajo de siempre. De hecho, la única vez que vemos al pasajero y lo que dice (nótese que Travis no lo mira de frente, simplemente desde el espejo) es el director nos deja verlo cuando éste descubre a su mujer con otro hombre y piensa en matarla. El pecado de adulterio despierta el pecado capital de la ira que llevará, a su vez, a otro posible pecado, matar. Como Dios, nosotros somos jueces. 

A esta altura de la película, ya habremos visto que la lluvia es un componente clave. Es fuente de limpieza y Travis la nombra como necesaria para limpiar la ciudad. Es interesante ver que, en el bar cuando le ofrece un vendedor de armas el otro taxista, la pastilla efervescente que tira en el vaso hace el ruido de lluvia. Una pequeña mirada hacia el futuro que sólo nosotros, en nuestro rol de Dios podemos ver. 

Pero los sacerdotes también se confiesan. Esto sucede cuando Travis le habla a Wizard (Peter Boyle) afuera del bar. Él es taxista hace muchos años y es la voz experimentada entre ellos. Travis le confiesa que tiene malas ideas. Wizard cree que Travis quería abandonar el taxi, pero nosotros sabemos que lo de Travis es más profundo, y cuando Wizard le dice que “un hombre tiene que tomar su trabajo y hacerlo”, Travis se deja de ver como taxista y se ve a él mismo como agente de limpieza. 

Esto se simboliza de forma perfecta en la escena del quiosco, cuando Travis mata al ladrón. ¿Por qué? El ladrón lleva una remera amarilla. Travis no mata un simple ladrón, mata al taxi. No es más un taxista, es algo más grande. Esta es la quinta escena importante, quizá la más relevante de todas.

Luego, cuando pensamos que Travis iba a ser el malo de la película, falla al matar a Palantine y va hacia Iris. Cuando vemos a Iris por primera vez en su cuarto, nos damos cuenta que predomina el color rojo, simbolizando el infierno y Sport tiene una camisa a rayas. Ese lugar será su cárcel, ya que morirá ahí.

Travis llega a la casa donde esta ella, y mata a todos. Lisa y llanamente. Hay mucho rojo: la sangre es roja, sabemos que los burdeles siempre tienen luces rojas en sus puertas, el cuarto es rojo. Es lo más parecido al infierno que vemos en toda la película. Pero este infierno tiene tintes divinos: Travis mata a 3 personas, hay 3 almohadones en el sillón donde se tira, se dispara en la cabeza con la mano 3 veces y llegan 3 policías. Y ahí se da el plano que le da sentido a toda la película: un plano desde arriba. Dios no sólo está presente en la escena con el número tres, sino que mira desde arriba lo que sucede. Y como desde el principio Scorsese nos quiere decir que actuemos de Dios, nos da la chance de juzgar lo que sucedió. Nosotros somos los que vemos desde ese plano lo que ve Dios. 


Así, Travis pasa a ser considerado por todos como un héroe, aunque esto haya sucedido de casualidad y se convierte en la lluvia que tanto pedía.


Ahora que entendimos la película, nos preguntamos:

La mayoría de nosotros juzga al resto, se juzga a sí mismo: ¿es tan sencillo juzgar? ¿Está bien hacer cosas inherentemente malas (asesinar) si tenemos intenciones buenas (rescatar a alguien)? ¿El fin justifica los medios? 

También podemos preguntarnos, ¿acaso podemos determinar si alguien es bueno o malo? ¿Deberíamos ser nosotros quienes determinamos eso? Los diarios pusieron a Travis como un héroe, pero no sabían que estuvo muy cerca de matar a un candidato presidencial. 

Scorsese nos da el papel de Dios en la película, sin embargo no podemos elegir qué hace o qué no hace Travis. ¿Nos cuesta aceptar que Dios “renuncia” a controlar todo cuando crea nuestra libertad? 

Y una pequeña reflexión. La forma en que Scorsese retrata la confesión nos dice algo muy importante: el pecador no es visto por el sacerdote en primer lugar (ya que éste lo mira por el espejo) sino por Dios mismo. Él es quien juzga. Si confesarte te da vergüenza no es por el sacerdote, es por lo que uno hizo, y ese es el primer paso: arrepentirse. 

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