En este “Miércoles Magnífico” vamos a presentar el número “Amigo fiel” de la obra Aladdin que hicimos en 2019. Me gustaría iniciar esta reflexión haciendo énfasis en lo valioso del uso de la palabra “amigo” de una persona para con otra. Porque amigo, a mi modo de ver, es un título que, en el círculo de cada persona, pocos llegan a obtener. Y si de títulos se trata, la “amistad” ni se compara con uno universitario, o de propiedad. Pero eso no implica que no requiera compromiso y entrega en grandes cantidades. No sólo eso, sino que, siguiendo la línea del “título”, exige materias que en ningún centro de estudio nos enseñan y de variedades inimaginables. Como las prácticas profesionales que uno recién conoce cuando empieza a ejercer.
“Un Amigo Fiel” (o la historia de amistad entre Aladin y el Genio) resume el trayecto de la amistad: dos personas que no se conocen se cruzan y generan un vínculo que crece, con altibajos, lógico. Algo que me divierte mucho de la canción y que aplica para este tema es que la amistad implica que, dependiendo del momento, cada uno deba transformarse en algo distinto. Así lo hizo el Genio en 7 minutos: fue mozo, Bella y Bestia, Sirenita, Pocahontas, Cowboy y conductor de televisión (entre otras cosas). A nosotros, los amigos, nos pasa un poco lo mismo. Nos toca ser psicólogos y escuchar, letrados y aconsejar, mayordomos y servir, quizás enfermeros y hasta asesores de imagen.
Ahora bien, el concepto “amigo” no es sólo color rosa. Y si no pregúntenle a Genio, que se tuvo que aguantar el enojo de Aladdin cuando le dijo lo que a su criterio era lo mejor, decirle la verdad a Jazmín y que se deje de hacer pasar por alguien que no era. Porque la amistad también implica eso: ir con la verdad, a pesar de que moleste.
Por último, me gustaría destacar uno de los pilares más importante de la amistad. Tan importante que figura en el nombre de la canción: la fidelidad. La amistad se reduce a eso. Uno es amigo de aquellas personas con las que la pasa bien, pero una verdadera amistad no se trata de uno mismo, sino del otro, del compromiso, de la confianza. Uno puede ser compañero, compinche, camarada cuando solo se divierte, pero es AMIGO cuando acompaña, consuela, aconseja, escucha: básicamente sostiene. Porque la amistad es eso, un sostén indispensable de nuestras vidas.
No quiero terminar sin mencionar al amigo por excelencia, el que acompaña y está ahí 24/7, pase lo que pase. Jesús. Porque si hablamos de fidelidad, servicio, amor y todo lo que uno quiera vincular con la amistad, Jesús es la materialización del ejemplo, el trabajo práctico de la teoría, el que cumple con todos los requisitos. Es aquel al que podemos recurrir y que incluso, sin que lo llamemos, está ahí para nosotros. Y sin que esto implique desconfiar de mis amigos, es el único sobre el que podemos dar por sentado que nunca nos va a fallar.
Feliz día.
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