“Ser humano otra vez,
solo humano otra vez.
Cuando el mundo no sea ficción…”
Pareciera que la vida tal y como la conocíamos cambió, así, de un día para el otro. ¿Nos sentimos diferentes? ¿Extrañamos a nuestros seres queridos? ¿Qué es lo que más nos hace falta?
Los abrazos, los paseos a la plaza, salir a caminar sin apuro, sentir el aire fresco en la cara. Compartir unos mates, salir al teatro, ir al cine y comer pochoclos. Festejar cumpleaños con muchos amigos y bailar y cantar. Ir a misa. Juntarnos a ensayar, a jugar al fútbol o a entrenar.
Todo eso que nos hacía sentir “humanos” hoy nos parece lejano, como de otra vida. Tal como le sucede a estos personajes en “La Bella y la Bestia”, nos sentimos inmersos en un gran hechizo.
Sin embargo acá estamos, atravesando esto que hoy nos toca vivir. Pero con el deseo profundo e intacto, con la esperanza de que vamos a salir adelante, que vamos a volver a abrazarnos y a caminar de la mano. En el tiempo de la espera, confiamos en que podemos amar, acompañarnos y estar juntos a pesar la distancia.
“Volveremos a ser, lo que fuimos ayer.
Bello amanecer, gloria de renacer.
¡Ser humano por fin otra vez!”.
Pidámosle a Dios que nos ayude a esperar y a ser pacientes. Y confiemos en que Él nos acompaña y está junto a nosotros, firme, sosteniéndonos en nuestra esperanza.
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