Hoy les compartimos la canción “Llegaré a mi meta” del musical Hércules, que hicimos con el grupo Magnificat en el año 2018.
En esta oportunidad, vemos al protagonista de nuestra historia, Hércules, hijo de los dioses Zeus y Hera, que cuando era bebé fue robado del Olimpo, hogar de los Dioses, y convertido en mortal por encargo del enemigo de su padre, Hades, que pretendía en realidad matarlo para destruir a Zeus. En la Tierra fue encontrado por una pareja que no tenía hijos, quienes lo adoptan y crían como suyo.
Mientras Hércules crecía, siempre se sintió diferente a todos los que lo rodeaban, especialmente porque tenía una fuerza incontrolable que lo hacía muy torpe. Con cada cosa que hacía, cada paso que daba, sentía que algo le faltaba y que no encajaba en ese mundo, lo cual lo hacía frustrarse con gran facilidad. En su interior, sabía que estaba destinado a más.
Al principio de “Llegaré a mi meta”, sus padres le cuentan cómo lo encontraron de bebé, sin nada más que una medalla que colgaba de su pecho con el símbolo de los dioses, por lo que decide ir al templo de Zeus en busca de respuestas para descubrir quién es en realidad.
Muchas veces nos pasa que vivimos en la comodidad, en lo que es más fácil y con lo que tenemos al alcance de nuestra mano, puede ser por “miedo” a encontrarnos con algo distinto, desconocido, o también por “fiaca”, aunque algo nos dice que sigamos buscando. Dios siempre nos llama a más, a conocernos y encontrarnos con Él tanto en nuestro interior como en lo que nos rodea. Él nos regaló tantos dones y talentos que nos hacen únicos y perfectos a sus ojos, con el propósito de que podamos usarlos para hacer grandes cosas, para que lleguemos a estar a su lado. Eso es un poco lo que vive Hércules, sabía que su “meta” estaba en otro lugar, que algo más grande lo esperaba. Y con todas ganas que tiene de saber más, de encontrar eso que lo hace único, se llena de ganas y coraje (porque para buscar nuestro camino, también se necesita un poco de valentía) se anima a salir y seguir este camino preparado especialmente para él.
Llega al templo de Zeus, y cuando pide ayuda y respuestas, Zeus se hace presente, revelándole que es su padre. Hércules puede finalmente descubrir su razón de ser, quien es en realidad. A pesar de la sorpresa que siente por todo lo que Zeus le cuenta, Hércules está dispuesto a todo para volver a ser lo que es realmente, volver a ser un Dios, y regresar a su hogar en el Olimpo con los suyos, aunque sabe que no va a ser un camino fácil.
Porque descubrir cuál es la misión o meta que Dios tiene para nosotros no es un camino fácil, pero es en esa dificultad, en ese desafío con el que nos enfrentamos, donde Dios se hace todavía más presente, donde nos da su mano para seguirlo y que el camino se vuelva menos pesado. Hércules no siempre puede hablar con Zeus, y muchas veces se siente solo en el camino hacia su meta, pero sabe que su padre lo alienta y acompaña en todo lo que le queda por descubrir. Al igual que Dios, nuestro Padre, lo hace con nosotros en cada momento de nuestra vida.
La invitación de hoy, viviendo a través de Hércules este proceso de descubrimiento, es que podamos tomarnos un momento para reflexionar. Que podamos mirarnos, y pensar:
¿Cuál es mi meta? ¿Estoy en camino para llegar a ella? Y si aún no la encuentro o no la sigo, ¿Estoy dispuesto a intentarlo?
Dios te pido que me acompañes en este camino, con mis altos y bajos, que me des siempre tu mano, porque a tu lado todo es más fácil.
Y así algún día poder LLEGAR A MI META.
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