Hoy, 9 de Julio, Mons. Arancedo nos invita a celebrar el Día de la Patria desde la fe y con esperanza: “Debemos celebrar el pasado, para ahondar en el presente y avanzar con esperanza y confiados hacia el futuro”.
La Patria es un don y, como todo don, a su vez es una tarea. Es muy lindo reconocer a la Patria como otro de los tantos regalos que Dios nos hace. Pero además de agradecer, debemos ser conscientes y responsables de cuidarla y construirla juntos. Hoy en día podemos ver mucha oscuridad en nuestra sociedad. Y que, a veces, se vuelve un poco difícil encontrar una solución... Jesús también lloró por su Patria, lloró por Jerusalén. ¿Dónde vemos esa oscuridad? ¿Cuáles son esas realidades que nos conmueven y angustian en el día a día?
Cuando nos ponemos a ver más detalladamente, nos damos cuenta que no todo es oscuridad y que también estamos rodeados de cosas buenas. Logramos ver que hay gente que vive su día a día trabajando por esta Patria, que hay gente honesta y transparente, dispuesta a luchar por hacer de este país uno mejor, donde se ve la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Junto a Jesús vemos el panorama completo, en Él vemos el camino de esperanza y la manera de seguir adelante. ¿Sentís que estás al servicio de la patria? ¿Qué sentís que aportas hoy? ¿Sos consciente que aunque las acciones sean pequeñas toda entrega es valiosa?
No está mal llorar. Lamentarse es un modo de descargar, de aceptarnos sensibles y decirle a Dios que solos no podemos, que en Él encontramos la fortaleza de seguir. Hoy aprovechemos para agradecer que recibimos la Fe en este contexto, que cada día es una nueva oportunidad para comprometernos con nuestra realidad y dar ese sí por la Patria, ofreciendo nuestra vida al servicio de los demás. Sabemos que no estamos donde estamos porque sí, sino porque Dios nos pensó con una misión y un propósito.
Con todo esto te invitamos a pedirle a Dios que nos ayude a vivir la fe, luchar por esta Patria y a misionar en ella. Le pedimos esto rezando la oración por la Patria pasando por el corazón cada palabra.
Oración de la patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
"Hemos recibido la fe en este contexto, y tenemos que vivir nuestra vida cristiana, apostólica y misionera en esta patria"
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