“Me enseñaste a amar”
Voy buscando la mejor manera
voy tratando de aprender
voy remando y a veces sin fuerza
pero sufrir me hizo crecer.
Y por cada piedra en el camino
me regalaste otro amanecer
Me enseñaste a amar
amar sin obligar
amar sin esperar.
Me enseñaste a amar,
amar es renunciar,
amar es entregar.
Me enseñaste que a amar
se empieza sin saber
a amar hay que aprender
amar sin entender.
En tus caminos me caigo y me pierdo
eso me ayuda a pelear
me abrazaste y me diste tu mano
y ahora solo resta confiar
que entre tan perfectas melodías
me regalaste tu mejor canción.
Me enseñaste a amar…
"El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor"
Dios nos invita a ser felices, amando y siendo amados. Hoy en día, la palabra “amor” fue perdiendo el sentido: parece algo efímero, un mero sentimiento. Pero Dios, quien ES amor, nos propone amar de forma verdadera.
Amar no es un camino fácil: implica renuncias y entregas. Sin embargo, es el camino a la Santidad, donde tendremos la gracia de contemplar a Dios mismo en las acciones del día a día.
Ojalá busquemos siempre ELEGIR amar. Aunque Él nos enseña constantemente a amar, pero para que podamos aprender tiene que haber voluntad de nuestro lado. A pesar de que haya ciertos obstáculos que nos dificulten seguir este camino, intentemos abandonarnos en Dios. Él nos enseñe a amar en el perdón, la paciencia, la corrección fraterna, la humildad y la bajeza, la amistad y también en el sufrimiento.
¡Qué difícil es amarse a uno mismo y al prójimo, si primero no se ama a Dios, quien nos amó primero y es amor!
Para cerrar, Jesús nos dice: “amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos”
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