El Viernes pasado, 31 de Julio, celebramos el día de San Ignacio de Loyola. Para esta adoración queríamos rezar con él, con su vida y todo lo que nos muestra con su testimonio para acercarnos a Dios.
A San Ignacio se lo conocía como aquel que estaba loco por Cristo, hoy la invitación es a adentrarnos en su forma contemplativa de vivir la vida y al igual que él poder ser locos por Dios, por su Reino y por su proyecto de amor.
Lucas 9, 18-24
Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado».
«Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?». Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios».
Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie.
«El hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día».
Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.
La espiritualidad Ignaciana propone una forma de identificarnos con Jesús, una forma de conocerlo mejor para poder amarlo más y así seguirlo. San Ignacio se caracteriza por la búsqueda de Dios en todas las cosas, en la realidad, en las distintas acciones pero sobre todo la búsqueda de un Dios que se revela en Jesús y en nosotros. Ahora te invito a que responda la pregunta del evangelio, ¿Quién es Jesús para vos?
Para poder encontrarlo y reconocerlo, San Ignacio, propone la contemplación, aquella capacidad de tener una mirada atenta y detenida de la realidad, de nosotros. Desde el silencio descubrir a ese Dios cotidiano, ese Dios acción. Ese Dios que se manifiesta en Jesús, es contemplando que descubrimos su modo, su rostro. Descubriendo al Padre, también descubrimos lo más sagrado que habita en nuestro corazón, en nuestra vida. ¿Quién es Jesús en tu vida?
Ignacio nos propone encontrar a ese Dios que abraza la realidad, la realidad en la que vivimos pero también nuestra propia realidad y la de los demás. Para poder reconocer la realidad de uno, hace falta mirar hacia adentro, hacer silencio, frenar y contemplar nuestro corazón. Poder mirar el interior y reconocer nuestras virtudes, nuestras gracias pero también nuestros defectos, aquellas cosas que ciegan nuestra mirada del encuentro con Dios, aquellas cosas que nos dejan en nuestra zona de confort. Reconocer nuestras cruces, aquellas cosas que nos cuestan, y tomarlas, para seguir a Jesús. También nos invita a mirar a nuestro alrededor, salir al encuentro de los demás, dignificando la vida del otro. Ignacio nos muestra que Dios está presente en todas las realidades, animémonos a encontrarlo en el otro. ¿De qué manera sentís que Jesús abraza tu realidad?¿De qué manera vos abrazas la realidad de los demás?
El proyecto de Dios es un proyecto desde el amor, nosotros, seguidores suyos, construimos el Reino junto a él. Jesús es con otros, sirviendo a los demás, amando a todos por igual, al igual que Él, nosotros debemos ser constructores del Reino en la tierra, desde la fraternidad, siendo mensajeros de esperanza, buscando un mundo más justo y más fraterno.
Ignacio nos muestra el valor del silencio, el valor de frenar, mirar, para encontrar. En lo cotidiano, es importante poder tomarnos un rato, en algún momento del día para recorrer aquellas situaciones, momentos, gestos en los cuales sentimos que Dios nos abraza, que sale a nuestro encuentro. Poder reconocer en el silencio de qué manera Dios toca mi corazón. La propuesta es poder preguntarnos cotidianamente cómo vamos viviendo el paso de Dios en nuestro día a día, hacer un examen del día. ¿En este tiempo, de qué manera Dios toca tu corazón?¿Se hace presente en tu vida?
San Ignacio nos propone agradecer. Desde el reconocimiento de tanto bien recibido por parte de Dios, poder agradecerlo y a partir de esto, desde nuestro accionar, en todo momento, amar y servir. Tomate un tiempo para ver por dónde pasó Jesús en este momento de encuentro ¿qué es eso que queda resonando en tu corazón? ¿Por qué le queres agradecer a Dios hoy?¿De qué manera San Ignacio te inspira en tu vida? En este ratito de oración ¿Qué descubriste nuevo de Dios?
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