EL IRLANDÉS

La película comienza mostrándonos la complicidad y aventuras de un niño de 8 años y su padre. El niño, debido a su corta estatura tiene el apodo "Little boy" y sufre las burlas de la gente. Su papá en cambio era su único amigo, su compañero. Todo el tiempo que pasaban juntos lo convertían en una gran aventura, jugaban y con la imaginación viajaban a las más grandes aventuras. Bajo el lema de “¿Tu crees que puedes lograrlo?” enfrentaban las más grandes batallas. Un día, el padre tuvo que ir a la guerra contra Japón durante la segunda guerra mundial y todo se vino abajo en la vida de esta familia y más aún en la de este pequeño niño. 

Después de despedir a su padre, el niño está dispuesto a hacer lo que sea por traer a casa a su papá. Un día en Misa escucha la homilía del sacerdote que les dice “¿Qué podemos hacer si estamos aquí y ellos allá? Si tenemos la fe del tamaño de un grano de mostaza podemos mover montañas y si podemos mover montañas nada es imposible para nosotros”. Little Boy sintió que el sacerdote le estaba hablando justamente a él y quiso experimentar en carne propia esa fe. Hoy ¿qué “tamaño” tiene tu fe? ¿Te aferras a ella? Al igual que este niño que deseaba profundamente el regreso de su padre ¿qué está deseando fervientemente tu corazón hoy? Para conseguirlo ¿emprendes el camino de la mano de Jesús? ¿cuál es la “montaña” que necesitas mover hoy?

En su camino para reforzar fe, se hace amigo y pasa tiempo con el señor Hashimoto (incluso contra su voluntad), un japonés que está muy solo y por la situación que se está viviendo, es repudiado por todas las personas del pueblo. Conforme pasa el tiempo va creciendo esta amistad y Little Boy encuentra en el señor Hashimoto un poco de lo que alguna vez tuvo con su padre. Esto nos lleva a pensar: ¿Cuántas veces sentimos que nos arrebatan cosas importantes para nosotros? ¿Cómo nos enfrentamos a esa pérdida? ¿Para llenar ese “vacío” abrimos las puertas a cosas mundanas o estamos dispuestos a transitar un nuevo camino? ¿Trabajamos en la esperanza de que las cosas van a mejorar?

Hashimoto le regala unas palabras inspiradoras a Little Boy ayudándolo a afrontar a los que lo discriminan y a creer en sí mismo: “Eres pequeño físicamente pero nada es más poderoso que la voluntad de enfrentar tus temores y de actuar. No te midas del hombro al suelo, sino del hombro al cielo, eso te hará el niño más alto del pueblo”. ¿Cuántas veces nos sentimos “pequeños” ante las adversidades que nos toca transitar? ¿Creemos en nosotros mismos para afrontar nuestras propias batallas? 

Al final de la película, Little Boy y su familia se reencuentran con su padre. ¿Acaso no es el reencuentro con muchos de nuestros seres queridos lo que todos deseamos en tiempos de cuarentena? Y si bien el reencuentro es muy importante, sería vano  quedarnos sólo con este momento y no poder apreciar la riqueza de todo el camino recorrido, ¡cuántos dones recibió el corazón de este niño en el tiempo de la espera! ¡cuántos regalos le hizo Dios! 

Podemos aprender mucho de un niño de tan solo 8 años, valor, perseverancia, fortaleza y lo más importante… La fe puede mover montañas, siempre y cuando creamos. El desafío es aferrarnos a nuestra fe cuando todo se vuelve difícil, compartir con Jesús el camino en las buenas y en las malas y saber que Él siempre va a estar presente, y la pregunta es ¿Tú crees que puedes lograrlo?

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"En todo lo que hagan, siempre amen a Dios"